Vicente Castellano, Joaquim Chancho, Amparo Dols, Jaume Faixó, Ricardo Fernandez, Enrique Larroy, Pepe Monfort, Manuel Rey-Fueyo, Jaume Rocamora.
29/5 – 30/7 2021
Canem Galería | Castellón | España
“La geometría está en el origen de la vida, que es lo más inventivo e interminable que conocemos” Pablo Palazuelo
La geometría (del griego γεωμετρία; γη = ‘tierra’, μετρώ = ‘medir’) afirman los matemáticos que es la rama del conocimiento que se ocupa de los objetos o figuras, de sus relaciones en el espacio intuitivo y imaginario: volumen, distancia, proyección o representación… Parece, de este modo, necesario a la condición humana mesurar las propiedades de los cuerpos, sus líneas, ángulos, superficies y sólidos, especialmente aquellas que permanecen invariables a causa de determinadas transformaciones prefijadas.
Sumando las cavilaciones matemáticas al espíritu artístico, encontramos que “la abstracción geométrica, constructiva y concreta, forma parte de un arte clásico, reflexivo, que no intenta representar ningún objeto y el fin del cual es la orientación del espacio”, reflexiona Javier B. Martín en su artículo Vía geométrica.
Articulada sobre las líneas, rectas y curvas, l’obra de Vicente Castellano es la acertada síntesis entre el mundo de la geometría y el informalismo matérico.
Sus obras huyen de una fría geometría para introducirnos en un universo de sensaciones táctiles. El trabajo de las superficies evoca toda una serie de matices subjetivos que determinan su personal poética.
Joaquim Chancho desarrolla un diálogo entre el gesto lineal y la escritura de signos y de las caligrafías. Acción y ritmo que emergen de la sencillez de líneas verticales y horizontales que buscan el camino paralelo que la pintura traza sobre la tela. Sus pictogramas son como grandes redes donde el espectador percibe cierto orden inquietante que necesita de su mirada para poder establecer el orden elemental de las cosas.
Amparo Dols domina el minimalismo geométrico. El suyo es un lenguaje de universalidad absoluta: el rigor de la línea y sus esos perpendiculares, la elegancia de sus rectángulos rotundos, son el punto de confluencia de su sensibilidad y de metáforas transcendentales y perfectas.
En la pintura de Jaume Faixó adquiere protagonismo el cromatismo y el trazo, composiciones organizadas por espacios cuarteados y la articulación de planos y sobrias estructuras planimétricas en colores blanco y negro.
Las composiciones ópticas de Ricardo Fernández son únicas porque
promueven el relieve. El deseo de orden confiere unidad compacta a cada construcción. Un perfecto equilibrio de los elementos contiene desbordes o conflictos visuales. Las rejillas blancas son silenciosas, como entumecidas, ofreciendo las premisas del movimiento anunciado.
El color, la forma, la geometría, el azar, el tiempo y el espacio son los engranajes principales del complejo mecanismo perceptivo de Enrique Larroy, obligando a las imágenes a tomar posición desde visiones contradictorias y yuxtapuestas, siempre inestables y, incluso, irreconciliables.
Pepe Monfort explora el espacio a través de un particular uso de la perspectiva múltiple, en el cual la superposición de planos y desarrollos geométricos generan sistemas orgánicos, un universo pictórico personal y atractivo.
En la pintura de Manolo Rey-Fueyo la luz física transmutada es la mejor manera de crear y de ver formas puras que se hacen visibles, apareciendo la armonía de la belleza en estado elemental y abstracto. El auténtico resplandor lo otorga la forma en diálogo con la oscuridad.
La obra de Jaume Rocamora conecta con el constructivismo ruso y con la estética geométrica de la Bauhaus alemana a través de su austeridad, así como a la esencia mediterránea. El aprovechamiento y reconversión de medios, materiales y recursos austeros, de un reduccionismo formal y cromático, nos transporta al lugar más alejado de la anécdota y nos enfrenta a realidades básicas.
La muestra de la obra artística elegida querría testimoniar que, desde la mirada única e intransferible del espectador, el espacio irreal inquietante, traza y retiene, dentro del caos vital y de sus formas, un CIERTO ORDEN.