Year: 2019
Text: María Elena Ramos
Editorial | Fundación Otero Pardo, Fundación ArtesanoGroup
ISBN: 978-980-6671-16-4
La monografía reúne una selección de dibujos realizados durante dos décadas de trabajo que permite ahondar en el desarrollo del pensamiento creativo de Alejandro Otero (1921-1990), a penetrar en la intimidad de sus procesos de gestación y ofrecen un valioso testimonio de sus motivaciones, intereses y ambiciones creativas, en el contexto de su investigación en torno a la escultura y al sentido del arte de su tiempo. Concebidos como proyectos para trabajos tridimensionales, constituyen en realidad obras autónomas y completas en sí mismas. Revelan un virtuosismo expresivo que da fe de la libertad imaginativa del artista, de su confianza en los poderes renovadores del arte, fascinado por los progresos alcanzados en el terreno de la ciencia y la tecnología.
Dotados de una dimensión futurista, estos dibujos remiten al terreno de la utopía y la ficción científicas, a la era de la exploración espacial, a la coreografía de astros y satélites. Se trata de una dimensión positiva y optimista del porvenir del hombre y de su mundo, demostración de que no existen sueños que se resistan a los poderes del genio y la invención de un gran creador, como lo fue Alejandro Otero.
La publicación es fruto de nueve años de trabajo conjunto entre la Fundación Otero Pardo y la Fundación ArtesanoGroup y al trabajo de un grupo de prestigiosos especialistas en arte.
El resultado es una investigación inédita que ofrece el registro, estudio e interpretación de una buena parte de la vasta producción de obras sobre papel desarrollada por Otero durante las décadas de los sesenta, setenta y ochenta; dentro de la cual poseen un interés particular sus bocetos y proyectos para creaciones escultóricas, ejecutados durante su etapa creativa en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, Cambridge.
Alejandro Otero es uno de los creadores venezolanos contemporáneos más importantes e influyentes de la América Latina. Lideró la vanguardia abstracta de su país desde los tempranos años cincuenta del Siglo XX, y ejerció una decisiva influencia en la formación de sucesivas generaciones de artistas. No hay otro creador plástico venezolano que haya legado, junto a una vasta y variada obra, un cuerpo teórico sobre el arte propio, el de su tiempo y de todos los tiempos, tan prolífico, brillante y visionario como él. Testimonio de ello son sus múltiples escritos, reflexiones, polémicas públicas y ensayos publicados.
Nota biográfica
Alejandro Otero nace en El Manteco, en la Guayana venezolana, el 7 de marzo de 1921. En 1939 ingresa a la Escuela de Artes Plásticas y Artes Aplicadas de Caracas. En 1945 obtiene el título de Profesor de Artes Plásticas. Entre 1946 y 1948 desarrolla en París la serie de óleos sobre tela, Cafeteras, basadas en la interpretación de objetos domésticos -cacerolas, candelabros, lámparas y cafeteras- que desembocan en sus primeras obras abstractas: Líneas inclinadas y la serie de ensayos de vibraciones visuales y estructuras espaciales, Ortogonales, collages elaborados con tiras de papel coloreado. Otero se erige en principal teórico del nuevo lenguaje plástico. Cofundador del grupo Los Disidentes, edita una revista homónima dedicada al debate sobre arte abstracto y a la crítica frontal a los rigores de la Academia.
Al iniciarse la década de los 50 se suma al proyecto de Integración de las Artes del Arquitecto Carlos Raúl Villanueva para la sede de Universidad Central de Venezuela, en Caracas. Contribuye con murales, fachadas y vitrales, tanto para la UCV como para otros edificios y residencias de la capital venezolana.
Entre 1955 y 1960 desarrolla la serie Coloritmos, y en 1961 inicia en Paris el ciclo de Relieves blancos y Monocromos; los collages y ensamblajes de objetos, materiales diversos y cartas sobre madera, ventanas y postigos antiguos. En 1964, finalizando su “segunda época de Paris”, emprende la serie Papeles coloreados. En 1967 concibe quince esculturas a escala cívica en homenaje al cuatricentenario de Caracas, de las cuales se realizan seis, hoy instaladas en diversas ciudades de su país.
En 1971 recibe el “Guggenheim Fellowship” para proseguir sus investigaciones en el Centro de Estudios Visuales Avanzados del Instituto Tecnológico de Massachusetts, M.I.T., Cambridge. Allí creará esculturas orbitales a escala urbana, entre ellas una serie para flotar sobre el río Charles de Boston, Massachusetts. En 1974 inicia la serie Tablones.
En su perseverante afán por reconstruir y preservar la memoria histórica del arte venezolano, impulsa, junto a Manuel Espinoza y Miguel Otero Silva, la creación de la Galería de Arte Nacional, inaugurada en mayo de 1976.
En 1977 se instala el monumental Delta Solar en el Museo del Aire y del Espacio en Washington D.C. En 1982 representa a Venezuela por tercera vez en la XL Bienal de Venecia, con, entre otras, dos obras monumentales: Abra Solar y Aguja Solar, ubicadas en el muelle de entrada a la Bienal, y delante del Lido de Venecia, sede del Festival de Cine de esa ciudad, respectivamente.
La mayor y más importante retrospectiva de Alejandro Otero hasta 1985, en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, reúne 763 obras realizadas entre 1939 y 1985, de las distintas etapas de su trayectoria: Período Escolar, Período Cafeteras, Integración de las Artes, Horizontales-Verticales, Telas Blancas, collages y ensamblajes, esculturas y Émbolos Vibratorios. La exposición incluye la escultura a escala cívica Una flor para el desierto.
Alejandro Otero fallece en Caracas, el 13 de agosto de 1990. Destaca en la contemporaneidad por su obra múltiple, ya pintor, ya escultor, dibujante, vitralista, esmaltista, grabador, serigrafista o muralista, al tiempo que escritor, crítico, teórico, docente y analista de arte. El protagonismo de Alejandro Otero en la vida artística e intelectual de Venezuela, país al que representa con muestras individuales o colectivas en las bienales, ferias de arte y exposiciones internacionales más relevantes, hacen de su legado, en obra y pensamiento, uno de los aportes de mayor trascendencia al arte del Siglo XX, en Homenaje al siglo XXI.