In memoriam | Sophia Vari

Sophia Vari | Vari | Elláda | 1940-2023

Sophia Vari ha sido una destacada artista, pintora, escultora, joyera y collagista, cuya creatividad trascendió fronteras y disciplinas artísticas. De origen griego y posteriormente nacionalizada colombiana, Vari deja una huella importante en el mundo del arte contemporáneo.
Hija de la bailarina Ileana Frankopoulos y del escultor Petros Canellopoulos, su temprano interés por el arte la llevó a comenzar su viaje artístico a la edad de 17 años, enfocándose inicialmente en la pintura clásica.
La vida de Sophia Vari estuvo marcada por la movilidad internacional, ya que a los tres meses de su nacimiento, en 1940, su familia la llevó a Suiza como medida para alejarse de la guerra. Tras pasar sus primeros años en el extranjero, regresó a Grecia a los nueve años, enfrentándose al desafío de adaptarse a un nuevo entorno y aprender el idioma griego. Durante esa etapa, su abuela materna desempeñó un papel fundamental en su crianza, compartiendo con ella una pasión por las artes y la cultura.
Sophia Vari recibió una educación diversa, comenzando en la escuela privada Philston en Atenas y, posteriormente, viajando al Reino Unido en 1957 para estudiar inglés. Su contacto con personas influyentes del mundo de la política y la cultura, gracias a su padre, le permitió conocer a figuras destacadas como Winston Churchill y María Callas, quienes la inspiraron a dedicarse por completo a las artes.
Aunque en sus primeros años consideró explorar otras disciplinas como la escritura, el ballet o el piano, descubrió su verdadera vocación en el dibujo y la pintura. Vari experimentó con esculturas de bronce y mármol durante 15 años antes de regresar al mundo del color en la década de los 90.
Sophia Vari llevó su arte a diversas partes del mundo, exponiendo en Colombia, Estados Unidos, Mónaco, Francia, Suiza, España, Grecia e Italia, acompañando a su esposo en sus viajes por todo el mundo.
Su formación artística incluye estudios en la Academia de Bellas Artes de Florencia y en la Escuela de Bellas Artes de París durante la década de los cincuenta.
Colombia ocupó un lugar especial en su corazón, afirmando que le encantaba todo lo relacionado con el país, desde su comida hasta sus paisajes y su caótica vitalidad. Se consideraba tan colombiana que en dos ocasiones llegó a Bogotá sin darse cuenta de que, como ciudadana griega, requería visa para ingresar al país, siendo el apoyo de su esposo, el pintor Fernando Botero, esencial para resolver esta situación.
La obra artística de Sophia Vari abarcó una amplia gama de expresiones, incluyendo diseños de joyería en materiales preciosos y esculturas contemporáneas que seguían influencias clásicas renacentistas. Sus creaciones se caracterizaron por la presencia de figuras geométricas, una paleta de colores vibrantes y formas muy marcadas. Vari realizó más de 100 exposiciones individuales y participó en más de 200 exposiciones colectivas.
En lo personal, Sophia Vari conoció a Fernando Botero durante una cena en París, lo que marcó el inicio de una relación que eventualmente llevó al matrimonio en 1979, después de sus respectivos divorcios. Ambos compartieron su vida entre París, Italia, Colombia y Nueva York, poseyendo residencias en diversos lugares.
A lo largo de su carrera, recibió numerosos galardones, incluyendo el Premio de la Bienal de Escultura Fujisamakei del Museo al Aire Libre de Utsukushi en Japón en 1994, así como la Orden Pedro Romero y las Llaves de la Ciudad de Cartagena en 2011.